“Siempre me pilla de sorpresa, nunca me puedo preparar, ni para ni una foto“, se quejaba Diego El Cigala moviendo la cabeza y su melena azabache, cuando presentó con su fotógrafa Anya Bartels-Suermondt en Madrid el libro “Cigala – Garganta de Arena”. Este libro monumental – el jefe de Cultura de El Pais lo titulaba “4 kilos de Cigala” en su crítica– se realizó a petición de Diego. Anya había retratado antes al torero del siglo, José Tomás, inmortalizado en un libro igual de monumental que ella regaló a El Cigala. Diego El Cigala apuntilló: “Se acabó - por favor, nena, quiero que me hagas un libro como este igualico a mi”. Años antes, ella se había enamorado de la voz de El Cigala, ya celebrado en todos los escenarios del mundo. Él por su parte , de su fotografía y de su mirada hacia la música, llena de personalidad: “Cuando Anya me está fotografiando, me reconozco a mi mismo, y no como otros me quieren ver. Aparte, ya me la llevo a mi fotógrafa Anya siempre porque es capaz de hacerme aparecer en sus fotos elegante hasta en un chándal o en un bañador.”
Empezó un virtuoso “mano a mano“ creativo entre los dos. Así empezaron a cruzar el mundo entero, desde América Latina a Nueva York hasta Tokio. Pasión y vivencia en los caminos compartidos de la música y la documentación fotográfica. Pura Vida. “Jamás sale un día como se había pensado, algo siempre pasa y todo se convierte espontáneo. Un momento sentido puede importar a Diego más que todo, la emoción domina el marco” según Anya, quien afirma que: “No conozco otra alma más auténtica, que vive hacia dentro y hacia fuera tan intensamente como Diego. Grita, cuando hay que gritar, llora a lágrima viva o se parte de risa cuando las cosas se ponen tristes o cómicas. Y no le importa dónde se encuentre bien sea el Palacio Presidencial de Buenos Aires o un bar de obreros en Brixton. Diego es lo natural puro, incalculable en su actitud, abierto, verdadero. Y así se mueve delante de mí cámara; a lo largo de los años se ha producido una especie de intensa complicidad, delante de mi objetivo se siente como en casa. Y para mi, se ha convertido en un familiar, reconozco cada irritación en su cara, conozco cada arruga, sé interpretar cada gesto suyo.
A Diego El Cigala, quien creció en el madrileño barrio castizo “El Rastro” y a Anya Bartels-Suermondt procedente del Zooviertel de Dusseldorf, les une más de 15 años de incontables caminos y experiencias compartidas entre los continentes, infinitos días y noches en los estudios de grabación, aeropuertos, carreteras, escenarios, camerinos, hoteles. La “fotógrafa de los artistas”, como gusta llamarla en España y México, y el ganador de varios “Grammys”, siempre on the road con emoción, arte, caos, inspiración, cercanía, autenticidad. Lágrimas, a veces. Risas, muchas. Complicidad, siempre.
El “Mano a Mano” de un madrileño y una ‘española’ nacida en Dusseldorf. Preguntado por ello, en una entrevista (“Su fotógrafa es procedente de Alemania, que curioso, ¿qué poco habitual, no?... ) El Cigala sentenció: “¿Mi fotógrafa? ¿Alemana? ¿Dusseldorf? Es lo que se dice, pero no puede ser, ella es como yo, pasión, y la única cosa que le falta para ser gitana es la melena azabache. Anya es por lo menos de Cádiz, por eso hace estas fotos”
El concierto a las orillas del Rin, es una ocasión única de ser testigo del arte del gran Maestro. ¡¡¡ Bienvenido en Dusseldorf Diego El Cigala !!!
El Cigala nació en Madrid como Ramon Jiménez Salazar. El nombre „Diego“ surgió tras una fuerte discusión de la familia en el bautizo.
Creció en el pintoresco barrio del “Rastro”, EL Cigala ganó con apenas 12 años dos concursos de música para jóvenes en el teatro y la televisión y se colocó directamente en el punto de mira de los maestros. Hoy el ganador de varios “Grammys” y maestro de los mas distintos estilos de música como Flamenco, Bolero, Tango o Salsa está considerado una máxima estrella mundial y así le reconoce como embajador de la cultura española tanto la prensa internacional como los seguidores de sus distintas facetas artísticas … el premio Nobel Gabriel Garcia Márquez insistió poco antes de su muerte en asistir a un concierto de su amigo Diego El Cigala. La estrella argentina del fútbol Diego Maradona, respondió a la pregunta de un periodista sobre a quién le gustaría aun conocer en el mundo: Diego El Cigala.
Cigala canta en teatros entre Blues y Classic , siempre abarrotadas de público y en los escenarios más importante del mundo, desde el Festival de Jazz de Montreux hasta el templo del tango, el Teatro Gran Rex de Buenos Aires. En la catedral de la música, el mismísimo Carnegie Hall de Nueva York, tras su histórico concierto el público le dedicó una ovación cerrada interminable hasta que se vieron obligadas a apagar las luces para que el público finalmente abandonara el teatro ya que nadie quería irse. Su actuación en la Carnegie entró en la historia: The New York Times consideró en su critica el concierto de El Cigala como el mejor de todo el año 2015. Diego dedicó el concierto entero a Amparo, el eje y la columna de su vida, su esposa y su manager, que poco después falleció por una grave enfermedad.
Diego El Cigala vive con sus hijos en la Republica Dominicana.
Nacida en Dusseldorf, la periodista y fotógrafa viajó desde Berlín a España en 1995 para pasar un año sabático. Nada más dejar caer la maleta en esta carismática tierra, hace ahora casi 23 años, le impactó el país, le fascinó su arte y más aún, su gente. La interpretación fotográfica de la cultura de España de Anya se celebra hoy tanto, en este país como en el extranjero y se valora como un estilo propio e inconfundible. Incluso su majestad El Rey, Don Juan Carlos, encontró palabras de felicitación en varias ocasiones para Anya por sus fotografías en cartas personales. Ante todo, el Rey expresó su agradecimiento por “las extraordinarias cualidades de sus fotografías y la reflexión visual excelente de la cultura española” a través de sus libros y exposiciones.
Desde su residencia permanente Madrid, Anya viaja con su cámara en mano a los más lejanas culturas del mundo para realizar reportajes y documentales sobre todo, de culturas de África, Latino América y Asia. “Me encanta moverme en tierras y culturas que desconozco, donde puedo aprender algo nuevo; lo más lejano y más distinto
a mi es lo que me atrae, todo lo que se parece a mi me aburre, porque ya lo conozco.”
A raíz de sus intensos y auténticos retratos de artistas y personalidades – toreros, músicos, bailaores, futbolistas, actores, boxeadores, poetas – se compusieron colecciones fotográficas espectaculares, que están publicados en libros, exposiciones, producciones de música, portadas de discos, siempre acompañados de excelentes críticas de parte de
la prensa. Hoy por hoy, varios de los más prestigiosos artistas de España, Mexico o Argentina se encuentran entre los clientes de la fotógrafa.
Anya trabaja para Diego El Cigala como su exclusiva fotógrafa personal.